El periodista Santiago Mata
ha publicado un libro con el título de Holocausto Católico. Un detalle no nos gusta, el subtítulo: Los Mártires de la Guerra Civil. ¡? ¡Cuántas veces tendremos que reiterar que no
son Mártires de ninguna guerra (pues ni la hicieron ni militaron en ningún
bando de la misma), sino Mártires de la Fe y víctimas de una auténtica y bien programada persecución religiosa que, como aseguraba Juan PabloII, intentaba barrer del suelo español a toda la Iglesia, personas, edificios e instituciones.
A pesar de eso y por lo que se puede intuir en una entrevista que le hacen al autor y que publica Religión en Libertad, pienso que ése es un libro que que hay que leer. Se trata de una obra más sobre la persecución religiosa de los años 30 en España.
El 13 de octubre de 2013 pasará a la historia con le fecha de la beatificación más numerosa: 522 Mártires. Con ellos, el Martirologio de la Iglesia en España, en los años 30, suma 1523 Mártires canonizados/beatificados, sobre un total de 6.832. Son personas consagradas en su mayoría. Subrayamos algunas afirmaciones de la entrevista al autor:
A pesar de eso y por lo que se puede intuir en una entrevista que le hacen al autor y que publica Religión en Libertad, pienso que ése es un libro que que hay que leer. Se trata de una obra más sobre la persecución religiosa de los años 30 en España.
El 13 de octubre de 2013 pasará a la historia con le fecha de la beatificación más numerosa: 522 Mártires. Con ellos, el Martirologio de la Iglesia en España, en los años 30, suma 1523 Mártires canonizados/beatificados, sobre un total de 6.832. Son personas consagradas en su mayoría. Subrayamos algunas afirmaciones de la entrevista al autor:
-¡Es fuerte hablar de "holocausto", como el título
de la obra...!
-Empleo ese término en un sentido religioso, que nada tiene que ver con sucesos posteriores de tipo ideológico-político o racista, como es en concreto el holocausto de los nazis contra los judíos.
-Empleo ese término en un sentido religioso, que nada tiene que ver con sucesos posteriores de tipo ideológico-político o racista, como es en concreto el holocausto de los nazis contra los judíos.
-¿Puede explicar ese sentido religioso del término?
-En primer lugar, holocausto en griego significa "todo quemado" y eso se pretendió en la Revolución española: borrar todo rastro de la religión católica, lo cual se manifestó no solo por medio de los asesinatos, sino por el fuego.
-En primer lugar, holocausto en griego significa "todo quemado" y eso se pretendió en la Revolución española: borrar todo rastro de la religión católica, lo cual se manifestó no solo por medio de los asesinatos, sino por el fuego.
-Templos quemados, archivos y obras de arte...
-La expresión "lo quemaron todo" aparece
literalmente en cientos, por no decir miles, de documentos que relatan lo
sucedido en las iglesias. En segundo lugar, desde el punto de vista subjetivo,
el mártir se ofrece a Dios "en holocausto" o sea como sacrificio,
para expiar sus pecados y los de los demás, incluidos los que le matan.
Si quieres leer toda
la entrevista, pincha aquí abajo.
Santiago Mata evoca los mártires de 1934 y 1936
HOLOCAUSTO CATÓLICO
El próximo domingo, 13 de octubre, 522 mártires serán beatificados en
Tarragona, en una nueva consagración
por parte de la Iglesia del testimonio de fe de miles de sacerdotes,
religiosos, religiosas y laicos durante la persecución religiosa desatada en España, sobre todo -aunque no sólo- en los primeros meses de la Guerra Civil por
parte del bando frentepopulista.
Santiago Mata,
doctor en Historia y periodista, acaba de publicar Holocausto católico (La Esfera de los Libros),
donde recoge la historia personal de cientos de ellos: sus orígenes, su
vocación, su muerte ejemplar. Pero sólo -precisa- de aquellos que "después
de la ceremonia del 13 de octubre, habrán sido beatificados: son 1523".
-Y algunos, de antes de la Guerra Civil...
-De ellos, 13 fueron asesinados en la Revolución de 1934 (mal
llamada de Asturias: uno fue asesinado en Palencia y otro en Cataluña) y 1510
en la Revolución de 1936, es decir, durante la Guerra Civil Española. Naturalmente,
hubo muchos más mártires que los que han sido beatificados.
-¿Quiénes fueron los primeros?
-Entre los beatificados, el más tempranamente asesinado fue
el marista Plácido Fábrega Juliá (hermano Bernardo), al que mataron en un
pueblo de Palencia el 6 de octubre de 1934. Los primeros de la Guerra Civil son
nueve religiosos asesinados el 20 de julio de 1936: tres carmelitas descalzos
en Barcelona; dos dominicos, un hermano de La Salle y dos hermanas de la
caridad en Madrid, más un salesiano en Sevilla.
-¿Y los últimos?
-El obispo de Teruel, Anselmo Polanco, y su vicario general,
Felipe Ripoll Morata, ejecutados el 7 de febrero de 1939.
-Sorprende la rapidez con la que comienzan las masacres...
-Los primeros martirios son inmediatos al estallido de la violencia revolucionaria -sea la de 1934 o la de 1936-, ya que el odio a la religión era parte de su sustancia, y solo termina con el fin de la Guerra. En consecuencia, a mayor virulencia revolucionaria, más martirios, y por eso el mayor número tiene lugar dentro del año 1936: en los primeros meses, con el goteo de redadas y asesinatos a manos de patrullas policiales, en los últimos, con las sacas masivas.
-¡Es fuerte hablar de "holocausto", como el título
de la obra...!
-Empleo ese término en un sentido religioso, que nada tiene que ver con sucesos posteriores de tipo ideológico-político o racista, como es en concreto el holocausto de los nazis contra los judíos.
-¿Puede explicar ese sentido religioso del término?
-En primer lugar, holocausto en griego significa "todo quemado" y eso se pretendió en la Revolución española: borrar todo rastro de la religión católica, lo cual se manifestó no solo por medio de los asesinatos, sino por el fuego.
-Templos quemados, archivos y obras de arte...
-La expresión "lo quemaron todo" aparece
literalmente en cientos, por no decir miles, de documentos que relatan lo
sucedido en las iglesias. En segundo lugar, desde el punto de vista subjetivo,
el mártir se ofrece a Dios "en holocausto" o sea como sacrificio,
para expiar sus pecados y los de los demás, incluidos los que le matan.
-¿Ellos lo veían así también?
-Algunos utilizan ese término en sus cartas de despedida, por
ejemplo el hermano Aurelio Ángel Boix Cosials, que con otros 17 benedictinos de
El Pueyo será beatificado este domingo, escribió a sus padres: "Considero
una gracia especialísima dar mi vida en holocausto por una causa tan sagrada,
por el único delito de ser religioso".
O sea que no están copiando a los judíos ni a nada de lo que
sucederá posteriormente, no es una expresión política, racial, etc, es
vocabulario religioso.
-El sacrificio...
-Personalmente, y este es el tercer punto, pienso que se puede hablar particularmente de Holocausto en el caso de los mártires del siglo XX en España porque, al igual que las víctimas de los holocaustos de la Antigua Ley, para las que Dios exigía que fuera un cordero "sin mancha" (perfecto: quedaba inservible un corderillo por ser moteado o tener una pata lastimada), no valía cualquier animal; pues para ser beatificados, en este caso, no vale cualquier mártir, sino un tipo de mártir muy especial: aquellos que no tuvieran ni una mota por la cual se les pudiera acusar, siquiera como sospecha, de haber tomado parte en la guerra, ya sea activamente, o por haber manifestado adhesión a los nacionales, etc.
-No hay "contaminación" política...
-No hablamos de mártires "normales", aquí se ha
hecho una criba, cediendo a las exigencias del "qué dirán" en el
mejor de los sentidos (para no herir sensibilidades), beatificando solo a una
parte muy pequeña de los que se podría beatificar.
-Que son ¿cuántos?
-No tiene sentido hacer estadísticas sobre los 1523
beatificados si no sabemos en qué medida sus proporciones se corresponden con
las de los mártires. De 13 obispos que fueron asesinados (doce más un administrador
apostólico), están beatificados 9 (casi el 70%), de 286 religiosas, están
beatificadas 157 (54%), y de 2373 religiosos, están beatificados 1139 (48%);
pero de 4087 sacerdotes seculares asesinados durante la Revolución, solo están
beatificados 161, que no suponen ni el 4%... Y solo hay 60 laicos beatificados,
lo que, si suponemos que como mínimo fueran mártires 10.000, supondría el 0,6%.
-¡Una llamativa divergencia!
-Las cifras que se suelen dar para la persecución religiosa
se limitan a los 2659 religiosos (de ambos sexos) y 4100 clérigos seculares
(obispos, sacerdotes y seminaristas) asesinados, que suman 6759 personas
consagradas, según el cálculo presentado en 2001 por Ángel David Martín Rubio,
corrigiendo ligeramente el dato de 6832 presentado en 1961 por Antonio Montero.
-¿Quiere decir que hay muchos más?
-La parte del león, los laicos, siguen siendo ignorados casi
por completo, a punto de cumplirse ochenta años del comienzo de la Revolución.
Y eso que, para Pío XI, según escribió en la encíclica Divini
Redemptoris del 19 de marzo de 1937, lo más llamativo era
que el furor comunista no se había limitado a matar a obispos y millares de
sacerdotes, de religiosos y religiosas, buscando de un modo particular a
aquellos y a aquellas que precisamente trabajaban con mayor celo con los pobres
y los obreros, sino que, además, había matado a un gran número de seglares de
toda clase y condición "asesinados en masa" -dice el Papa- "por
el mero hecho de ser cristianos".
-Pero no han seguido el mismo proceso que los
demás...
-Casi nadie ha hecho caso al Papa, como no sea, en cierta
medida, la diócesis de Valencia en la beatificación de 2001.
-Pasemos a los responsables directos de las matanzas.
¿Quiénes fueron?
-Todos los partidos del Frente Popular participaron en la
violencia revolucionaria, aunque las ejecuciones correspondan mayoritariamente
a los grupos con más arraigo popular: la CNT (que no era un partido, y cuyas
siglas suelen ir asociadas a la FAI) y la UGT (que aunque dependiera orgánica e
ideológicamente del PSOE, era entonces mucho más activa y conocida que el
partido).
-¿Tenían el control de la situación?
-Con tal de no perder el poder, y una vez decidido que fueran
fuerzas partidistas y no el ejército profesional quien defendiera al gobierno,
todos se subieron al carro de aplaudir al más sangriento. En Madrid todos los
partidos tenían sus patrullas y checas, y querían participar en el festín de
los asesinatos...y sobre todo en el festín de las incautaciones.
-¿También había un móvil económico?
-Se organizaba desde la Checa de Bellas Artes-Fomento, y el
organizador de todo el cotarro, el director general de Seguridad, era Manuel
Muñoz, militar y consejero nacional de Izquierda Republicana, el partido de
Azaña.
-Eso, en Madrid. ¿Y en Barcelona?
-En Barcelona, si bien los matarifes eran generalmente
anarquistas, cuando la FAI arrestó a 107 maristas que ya les habían pagado un
rescate para salir hacia Francia en barco (el 7 de octubre de 1936, 46
asesinados esa misma noche son ya beatos), los 200.000 francos franceses que le
dieron a Aurelio Fernández (consejero de Seguridad de la Generalitat, de la
CNT) fueron entregados al hoy oficialmente honorable ex presidente de la
Generalitat y entonces consejero de Finanzas, Josep Tarradellas.
-¿Con qué fin?
-Tarradellas no dudó en dar 100.000 al anarquista José Asens,
para que comprara armas en Suiza. Cuando la policía suiza detuvo a Asens, se
organizó en Barcelona la extorsión a los ciudadanos suizos, hasta que Asens
pudo regresar libremente (y entonces inmediatamente los suizos fueron
liberados).
-Pero entonces hay una planificación, las matanzas no son
cosas de "incontrolados"...
-Todo el mundo consentía y participaba en la violencia
revolucionaria -aunque luego hayan tratado de presentarlo como un fenómeno descontrolado-
y todo el mundo compartía -al menos formalmente- el afán persecutorio contra la
religión.
-¿Algún ejemplo más?
-Basta ver algunos de los santos y seña de la Dirección
General de Seguridad para Madrid en verano de 1936, publicados por el británico
Julius Ruiz: «Exterminio» (2 de agosto), «a por los frailazos» (6 de agosto),
«preparaos a morir, sacristanes» (8 de agosto). Son consignas enviadas a las
comisarías para circular por la noche, por lo que, como dice Ruiz, «no estamos
hablando de anarquistas descontrolados, sino de policías. Son consignas del
Estado, ese ambiente anticlerical es compartido por todas las organizaciones
del Frente Popular».
-¿Cuáles fueron las matanzas más numerosas?
-Yo no he tratado de evaluar cuántas víctimas hubo en tales o
cuales matanzas, sino quiénes son los beatificados.
-¿Pues dentro de ellos?
-Los mayores grupos corresponden a matanzas en Paracuellos de
Jarama, de ahí que el día elegido por la Iglesia para celebrar cada año la
memoria de los mártires del siglo XX en España sea el 6 de noviembre, fecha de
la huida del gobierno republicano de Madrid y comienzo de las sacas masivas.
Pero, curiosamente, no hay todavía ningún beato que fuera asesinado ese día.
-¿Cuándo empiezan?
-Hay 46 beatos fusilados en Paracuellos el día 28, y 65 el
día 30 de noviembre. En total hay 130 beatos cuyos restos descansan en Paracuellos,
mientras que en Montcada i Reixac (donde fueron asesinados los maristas cuyo
"rescate" se quedó Tarradellas) hay 66. En las calles de Madrid
murieron otros 130 beatos, mientras que 81 lo fueron en las de Barcelona, en
Barbastro (Huesca) lo fueron 70, en el picadero del cuartel de Paterna
(Valencia) 56, mientras que en otras calles y playas de Valencia murieron 25;
en las de Tarragona 27; en las calles de Toledo 32; en el cementerio madrileño
de Vicálvaro, 24.
-¿Y en la matanza del llamado "tren de la muerte",
que estudió usted en una obra anterior?
-Sí, el 12 de agosto de 1936 tuvo lugar en Vallecas (Madrid)
el mayor fusilamiento público de la Guerra Civil, presenciado por más de un
millar de personas, y de los 196 allí asesinados se beatifica ahora a dos
personas: el obispo de Jaén y su vicario.
-¿Más casos masivos?
-El 6 de diciembre de 1936 fueron asesinadas 303 personas en
las cárceles de Guadalajara, y de ellos han sido beatificados 11 religiosos. De
las 70 personas asesinadas en los barcos prisión de Bilbao el 25 de septiembre
de 1936, se beatifica ahora a un único religioso. También hay un único beato,
esta vez laico -el valenciano José María Corbín Ferrer-, de las 156 personas
asesinadas el 27 de diciembre de 1936 en el barco prisión Alfonso Pérez, en
Santander. De los 74 sacerdotes y religiosos fusilados el 20 de agosto de 1936
en la prisión de Lérida, solo 8 han sido beatificados. Y así sucesivamente.
-¿Cuál era la actitud de los mártires en el momento de ser
detenidos?
-Todos los que han sido beatificados confesaron, en el
momento de su detención, su condición de católico, clérigo o religioso.
-¿Y en el momento de la muerte?
-También la aceptaron como la voluntad de Dios, uniéndose al
sacrificio de Cristo. Esto que, para cualquiera en el momento de la muerte, le
supone merecer el cielo, a ellos, por ser la causa de su muerte el odio a la
fe, les da el título de mártires.
-¿Qué hacían los asesinos ante esa actitud?
-Esa resignación y valentía les impresionaba muchas veces.
Sin ir más lejos, el del primer beato asesinado en Menorca, el joven sacerdote
Juan Huguet, al que beatifican ahora en Tarragona, dijo antes de morir: «No
puedo apartar de mi mente a aquel joven sacerdote que yo maté».
-Es decir, algunos se arrepintieron de lo que habían hecho...
-La admiración no siempre implica arrepentimiento, por
ejemplo un miliciano de Fuenlabrada contó: «Hemos matado a los frailes de
Griñón, pero han sido más valientes que jabatos, pues les mandamos dar un viva
a Rusia y nos han contestado: “¡Viva Cristo Rey!”. Eso solo bastaba para que
los hubiésemos matado». Algo semejante sucedió con dos mercedarios de El Olivar
(Teruel), de quienes sus asesinos dijeron: "Los dos legos que hemos
matado, los hemos matado porque eran estúpidos, porque no querían renegar de la
fe y no querían blasfemar de Dios como nosotros les exigíamos y ellos
respondieron con un¡Viva Cristo rey! y esto repetidas veces. No hay Dios, pero si hubiese estos
son dos santos".
-¿Existen notas escritas dejadas por los mártires antes de
morir?
-Muy pocos tuvieron ocasión de escribir, pero quienes lo
hicieron se despidieron de sus familiares, seres queridos o compañeros de congregación.
-¿Puede leernos algún pasaje?
-Un ejemplo es el del laico Francisco de Paula Castelló Aleu,
en Lérida, que escribió a su novia: "¡Pobre Mariona mía! Me acontece una
cosa extraña. No puedo sentir aflicción alguna por mi muerte. Una alegría
extraña, interna, intensa, fuerte, me invade todo. Me siento envuelto en ideas
alegres como un presentimiento de la Gloria. Quisiera hablarte de lo mucho que
te he amado y de la ternura que te reservaba, de lo felices que hubiéramos
sido. Pero para mí todo eso es secundario. He de dar un gran paso. Una sola
cosa he de decirte: cásate si puedes. Yo desde el Cielo bendeciré tu unión y
tus hijos. No quiero que llores, no lo quiero. Debes estar orgullosa de mí. Te
amo".
-¿Se les torturó para que abjurasen?
-Torturas hubo todas las imaginables -y cuando digo todas, es
todas-, a veces exigiendo una blasfemia, lo cual no implica que, en caso de
blasfemar, la persona fuera a quedar en libertad, pues el odio era tal que de
todos modos los iban a matar. Pero lo cierto es que ninguno de los beatificados
-lógicamente- blasfemó.
-¿Quiere destacar alguna historia en particular?
-Un ejemplo es el calvario sufrido por Miguel Beato Sánchez,
de veinticinco años, coadjutor de La Villa de Don Fadrique (Toledo), que, invitado
a blasfemar, respondió: «Viva Cristo Rey». Con la túnica de Jesús Nazareno y un
trozo de columna en los hombros, le llevaron haciendo el viacrucis por la
iglesia. Le apalearon, le encerraron en una pocilga para hacerle renegar y, exasperados,
decían: “¿Va a poder él más que nosotros?”. No conseguían que pisara un
crucifijo y le cortaron la lengua. Un amigo se acercó a decirle: «Miguelillo,
di lo que te dicen, si no, te van a matar, lo dices con los labios aunque Dios
sabe que tú no lo dices de verdad, Él no te lo tomará en cuenta». Miguel alzó
su vista al cielo y dijo: «No puedo». Los verdugos dirán que ellos querían
salvarle, pero que se ganó la muerte por no ceder. Hasta 17 personas intervinieron
en las torturas, que se alargaron durante tres días.
-Hoy parece imposible que se repitan aquellas
circunstancias...
-Al contrario, la Iglesia siempre estará perseguida
-ciertamente, no en todas partes y con esa virulencia-, de modo que lo primero
es pedir la gracia de estar dispuestos a tener esa fortaleza en la fe.
-¿Es ése el mensaje de los mártires?
-El mensaje es siempre que lo que no puede la debilidad
humana, lo puede la gracia de Dios si se pide con humildad. Y, entre las cosas
difíciles, la más difícil no es dejarse matar, sino perdonar al que te odia. Y
eso, odio a la religión, sigue habiendo mucho, pero que mucho, en España.
-La imagen de la cubierta del libro, de un sacerdote antes de
ser fusilado, tiene una gran fuerza. ¿Quién es?
-Es Martín Martínez Pascual, un religioso -de la Hermandad de
Sacerdotes Operarios Diocesanos- de 25 años asesinado en Valdealgorfa (Teruel)
el 18 de agosto de 1936.
-¿Por qué tiene tanta calidad una foto tomada en un momento
así?
-La foto la hizo el fotógrafo alemán Hans Gutmann Guster, que
más tarde adoptaría el nombre de Juan Guzmán al vivir en México. Su familia
donó estas y otras fotos a la agencia Efe al morir el autor, que nunca explicó
las circunstancias en que las hizo, pero obviamente fue muy poco antes del
fusilamiento. Gutmann olvidó el lugar donde la había tomado, y la fechó en Siétamo
(Huesca) junto con otras fotos.
-Pero ¿cómo sabemos que fue antes del fusilamiento?
-En otra fotografía que conserva Efe, y que solo descubrí
después de que el libro estuviera impreso, se observa que el gesto de Martín
Martínez no es solamente de tranquilidad, sino de franca sonrisa, y se ve al
lado a un miliciano armado. Aunque para la portada del libro el fondo se ha
difuminado, en el original se ven claramente dos montecillos, que confirman -se
puede ver en Google Maps- que la foto está tomada en el lugar de la ejecución,
donde sale de la carretera el camino que va al cementerio de Valdealgorfa.
-Realmente la mirada de este hombre, encarando la muerte,
impresiona...
-Para mí es el mejor primer plano tomado a un mártir antes de
morir y me parece que transmite mucho. Supongo que el fotógrafo percibió esa
extraña alegría -además de Martínez Pascual estaban siendo ejecutadas otras 14
personas- y por eso le fotografió.
-¿Cuál de los mártires que ha estudiado le impactó más?
-Todos en conjunto, porque ningún santo tiene todas las
virtudes cristianas, pero cuantos más conoces, más efectos diversos de la
gracia ves. Por así decirlo, cada santo refleja el rostro de Cristo, pero cada
uno desde una distinta perspectiva. El mismo Cristo no tiene una conducta monótona,
ni sus virtudes se muestran de la misma forma.
-¿A qué se refiere?
-Ejerce una ira santa al fustigar a los vendedores del
templo, pero se muere de miedo en el Huerto de los Olivos. Y es el mismo Dios y
la misma Persona. De algún modo cada mártir es una tesela de un mosaico, en el
que ves reflejado el rostro de Cristo y comprendes cómo seguirle en mil
circunstancias distintas. Por supuesto, cada cual puede tener devoción a un
único mártir, el que más le acerque a Cristo, o a varios.
-Y hay donde elegir...
-Pero yo creo que cuantos más se conozcan mejor, porque la
gracia no actúa nunca de forma monótona. Por eso no pienso que 522 beatos -o
los 1523 del total- sean muchos, y me parece que dejar de interesarse por ellos
es renunciar a unas gracias que Dios nos quiere dar por intercesión de estos
mártires.
FICHA TÉCNICA
HOLOCAUSTO CATÓLICO, por Santiago Mata,
La Esfera de los Libros, 646 páginas,
23,00 €
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