Basílica-Santuario de la Vigen de los Remedios y del Milagro
Hoy
presentamos dos, enviadas al solicitante, el hermano José María González (Chema), hoy
sacerdote. Se las envían dos párrocos navarros. Nos dan algunas informaciones sobre
la infancia y juventud del Beato Justo Gil Pardo, natural de Luquin o Lukin, un pueblo
de Tierra Estella (Navarra), que tiene dos iglesias monumentales: la de San
Martín, titular de la parroquia, y la de la Virgen de los Remedios y del Milagro.
Esos templos, cercanos el uno del otro y no lejos del hogar paterno, eran la segunda casa de Justo, pues
desde niño no faltaba un solo día a Misa. Prestaba el servicio litúrgico de monaguillo
en ambas. Al decir de su hermana, se celebraban muchas Misas sobre todo durante
el novenario de la Virgen y él ayudaba en todas. De ahí surgió temprano su sueño de poder celebrar la Misa él mismo; pero tuvo que esperar hasta los quince años para poder iniciar su camino hacia el altar, porque la numerosa familia y la escasez de recursos económicos de sus padres
no le permitían ingresar en el seminario diocesano de Pamplona.
Un benemérito sacerdote, amigo de los Oblatos, lo orientó, como a su paisano de
Estella, el también Beato Gregorio Escobar, al juniorado de Urnieta y así se le abrió el camino hacia el sacerdocio. Cuando estaba ya cerca de la meta (era diácono) y sus hermanas, con las Hijas de la Caridad establecidas en el pueblo, le estaban
preparando con gran ilusión los ornamentos para la primera Misa, gracias al martirio, voló a cantarla en el Cielo. Tenía 26 años.
R.H. José Mª González. Madrid.
Muy Rdo. Hno.: Están en mi poder sus dos
cartas, interesándose de los datos que pueda adquirir para la biografía del religioso Oblato, Justo Gil
Prado.
He tardado en contestarle por diversas
razones y las principales son: por no hallarse en esta Parroquia sus familiares
cuando recibí la carta y por haber solicitado de un sacerdote amigo de Justo
los informes o datos que me piden, sin que hasta el presente los haya recibido.
De su familia he recogido en síntesis
los datos que le adjunto:
De carácter dócil
y sencillo desde su infancia, pasó sus primeros años con los demás niños alternando
en la escuela y el cuidado de la familia sobresaliendo por su docilidad.
Hizo a los siete años la primera
Comunión con candidez de niño amante de Jesús Sacramentado, a quien desde ese
día recibió a diario oyendo al mismo tiempo la Santa Misa y acercándose cada
semana al Sacramento de la Penitencia. Ya en esa época comenzó a manifestar sus
deseos de ser Sacerdote del Señor, deseos que fueron creciendo con la edad,
pero sus padres, de familia humilde y faltos de recursos, comenzaron a
inclinarle al estado religioso a fin de poder satisfacer sus deseos de Sacerdocio
y por amistad de sus padres con el que a la sazón era Párroco de Urbiela, debido
a insinuaciones e instrucciones de dicho Sr. Párroco llegó al conocimiento
de los PP. Oblatos, a donde se encaminó
con otros amigos en solicitud de admisión.
Con la vocación de religioso manifestó
un deseo ardiente de dedicarse en tierras de Misión a la evangelización de los
infieles.
Eran sus devociones favoritas la del
Sgdo. Corazón y a N. Sra. la Virgen de los Remedios y del Milagro que se veneran
en esta Parroquia, recibiendo culto constante de los devotos de toda la comarca
en su Santuario-Basílica, separada de la Parroquia.
Su ocupación favorita eran los libros
religioso y de piedad, alternando el estudio y lectura, ocupándose en sus ocios
en trabajos manuales, preferentemente los de carpintería.
Era respetuoso con todos y guardaba un
cariño especial a sus padres, a quienes respetaba como a tales y lo mismo en
cuanto al cariño con sus hermanos a quienes entretenía y animaba con sus
charlas y dichos ingeniosos.
A su porte sencillo, unía su jovialidad,
sobre todo cuando jugaba con sus amigos a sus juegos favoritos, la pelota y el
fútbol, portándose con ellos afable, respetuoso y humilde sin que se notara en
él deseo de sobresalir entre los demás.
En cuanto a su actuación en la escuela,
era aplicado y gustaba de aprender, notándosele afán por asistir a la escuela
con puntualidad: mostraba disgusto cuando tenía que perder un día de escuela.
Estos son los datos que me da su
familia, con los que concuerdan los demás vecinos.
Quizá el Sr. Párroco de Arróniz pudiera
proporcionarles algún dato más, debido a su amistad y convivencia algunas
temporadas con él.
Supongo que, aunque he demorado en
contestarle, no llegarán tarde los datos que adjunto.
No tuve el gusto de conocerlo
personalmente, ya que me hice cargo de esta Parroquia el año 1944 y debido al
corto tiempo que vivió en su casa no creo que se puedan recoger muchos datos
más; y que, según testimonio de otra persona, no sobresalió de manera que
llamara la atención al pueblo, como que fue una vida sencilla la suya durante
su permanencia en esta Parroquia.
Perdone mi tardanza y deseando poder
servirle en lo sucesivo, se ofrece y le saluda affmo. y s. s. en Xto.
Miguel
Cía Uriz, Párroco.
Arróniz (Navarra) 3 octubre de 1950
R.
H. José Mª González
Pozuelo
de Alarcón (Madrid)
Muy
Sr. mío: En mi poder la suya del 17 del pasado mes. Sí que me acuerdo del Hno.
Justo Gil, cuando era niño, hace por tanto de esto muchos años. Pero no
recuerdo ningún detalle digno de mención porque fueron muy pocos los días que
yo pasaba en su pueblo en mis vacaciones de verano. Tengo un recuerdo general
de que era de una bondad muy agradable y simpática, pero desgraciadamente no
queda en mi memoria ninguna anécdota o rasgo sobresaliente. ¡Han pasado tantos
años!. Yo le veía y lo trataba en casa de mis tíos de Luquin, a donde solía ir
todos los días para ayudarles en algunas cositas. Lástima grande que no pueda
darles más ayuda.
Dios
que está por encima de todo, hará que esas almas privilegiadas y galardonadas
con la mejor de las palmas, salgan un día de anonimato. Le saluda atte. su afmo.
Nicandro
Santesteban (Párroco).
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