Allá por los años 40, para mantener la “memoria viva” de nuestros Mártires, en la misma “casa martirial” de Pozuelo donde ellos habían vivido y habían sido aprisionados, surgió la feliz iniciativa de recabar datos y testimonios de las personas que los habían conocido más de cerca, preferentemente de sus padres y de los párrocos. Los escolásticos de entonces se encargaron de escribir las cartas. No todos contestaron; pero sí hay un puñado de respuestas que queremos dar a conocer, pues sirven para acercarnos a la infancia y juventud de los futuros Mártires.
Trascribimos una carta de D. Carlos
Fernández, párroco del pueblo del Mártir, al entonces escolástico y hoy
sacerdote, P. Ernesto del Blanco Ormazábal,
natural del vecino pueblo de Almanza, provincia y diócesis de León. En ella nos da detalles interesantes sobre la vida de Francisco adolescente.
J.H.S.
Pozuelo de
Alarcón.
Muy Sr. mío y
estimado paisano:
Después
de un saludo muy cordial, y manifestar mi complacencia acerca del cuestionario
que me suplica con respecto a la vida del que fue mi feligrés Francisco Polvorinos Gómez, mártir de
nuestra Cruzada y de quien conservo gratos recuerdos.
En la Iglesia
Cuando
vine a esta Parroquia el año 1915 Francisco tendría 6 años, llamaba la atención
por su afición. no sólo por ir a la iglesia con frecuencia, sino que tomaba
parte en la Misa cantando la de Requiem y echando el “Parce”. En vista de esto,
le mandé estudiar el ayudar a Misa. lo que hacía aun sin poder con el misal
porque era de estatura pusillus. Luego la cantaba él solo y ayudaba a la vez.
Luego fue sacristán, rezando el rosario y cuanto le ordenaba, hasta que marchó
a Urnieta el año 25. Se significaba por su modestia en todos los actos.
A los 7 años recibió los Sacramentos de
Penitencia y Comunión, los que frecuentaba en las principales festividades: La
Inmaculada, Primeros Viernes de mes del S. C. de Jesús, Siete Domingos de S.
José, con preferencia las dos primeras.
Manifestó su vocación a los 10 años;
pero su madre no le dejaba porque su padre era pastor y le hacía mucha falta
para tener y ayudarle en la poca labranza que tenía, pues los otros tres
hermanos estaban sirviendo.
De
amor a los Misiones le oí decir a su padre que quería ser fraile para ir a ver
los infieles; hasta que con motivo de venir por aquí un P. Dominico, familiar
del Sr. Maestro, estuvo conmigo, manifestando los deseos de Francisco; y
escribí a Urnieta, donde estaba Manuel Martínez, alumno de ese Escolasticado
hasta la República, que fue cuando se vino a casa; manifestando al P. Antonio
Capuano, fundador y director de “La Purísima”, y al P. Emilio Alonso, superior,
con quienes tenía relaciones epistolares, la vocación de Francisco, su
instrucción, índole, etc., ya que a pesar de la edad convenía admitirle; lo
consultaron entre sí los PP. y me contesta el P. Emilio que en septiembre,
vendrá por aquí un Padre a examinarle; en dicho mes fue llamado a Villaverde de
Arcayos donde fue examinado por el P. Villalba aprobándole y admitiéndole, todo
en el acto, marchando en el mismo mes a Urnieta, donde fue muy estimado, pues
recuerdo que no le querían dejar venir a vacaciones con el fin de tenerlo a su
lado y alimentarle, pues parecía estar débil; pero él tenía amor por sus padres
y quería ayudarles algo durante el verano. En la escuela era el primero y en la
sección el encargado de la 2ª.
En su casa.
De obediencia,
respeto y amor a sus padres, baste decir que a pesar de su vocación, hacía lo
que le mandaban, no marchar, y era constante en el trabajo de campo y además
tenía afición a la carpintería
En la calle
Su juego predilecto
eran los bolos, los jóvenes de su edad dicen que era atrayente, afable, y
expansivo, y, diré yo, comunicativo, pues de los varios Religiosos, Padres y
colegiales que tengo, con ninguno he tenido tantas relaciones epistolares,
sobre todo cuando estuvo de militar en el Alcázar de Segovia y cuyas cartas
conservaba hasta hace poco. Tiene 3 sobrinos Carmelitas: El P. Gerardo de Santa
Teresa, profesor de Sgda. Escritura en Oviedo, el Subdiácono Juan Eulogio de la
V. del C. que está ampliando sus estudios teológicos en Roma, y el H. Emigdio,
que pasará a estudiar Teología a Oviedo; pero no me escriben, aunque si
manifiestan tener recuerdos.
En la
escuela
Asistía con
puntualidad, y era tan aplicado, que al llegar a casa después de la escuela y
al echarle de menos, dice su hermana Calixta, madre de los tres Religiosos, le
encontraban estudiando en la habitación, y después de la edad escolar no sólo
iba a la escuela nocturna, sino también a la diurna en el invierno; y el
maestro decía que le ayudaba mucho; le respetaba por amor. Asignaturas
predilectas: Catecismo explicado del P. Mazo e Historia Sagrada; fue el
“mayorista” hasta que salió de la escuela.
Perdonen por lo mal escrita que está esta carta, es que mi
pulso se altera.
Quedo de V. afmo. y s. s. en mi J. M. y
J.
Carlos Fernández
Párroco de Calaveras de Arriba
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