Soria, claustro del monasterio de San Juan de Duero
Continuamos con los testimonios sobre el cabeza de grupo de los Mártires Oblatos de María Inmaculada, el beato Francisco Esteban. Hoy transcribimos lo declarado por otra sobrina, Teresa, que nació en Pozuelo de Alarcón (Madrid) y reside en Móstoles (Madrid). La testigo tiene 66 años a la hora de declarar.
Testifica sobre el Siervo de Dios P. Francisco Esteban, no por lo que haya visto, dado que ella era una niña de corta edad cuando lo martirizaron, sino por referencias familiares. Da información sobre la familia y la infancia de su tío Mártir.
Teresa Esteban Berredero
Nacida en Pozuelo, residente en Móstoles
Soy sobrina carnal del Padre Francisco
Esteban Lacal. No lo conocí personalmente dado que yo iba a cumplir 4 años
cuando él murió en 1936. Los conocimientos que tengo son por referencia de mi
familia.
Familia
de condición humilde y religiosa.
Huérfano
de madre
Los padres del Siervo de Dios fueron Santiago Esteban Mostacero y Dámasa
Lacal Reyes. El padre era guardia civil, con la condición social y económica
correspondiente a un miembro de la Benemérita de aquella época, que eran de
condición humilde. Era una familia moral y religiosa.
El ambiente familiar era
religioso; los hermanos de mi tío fueron todos católicos practicantes, gente
trabajadora que salió adelante con su propio esfuerzo. La relación del Siervo
de Dios con su familia era buena, pero siempre anteponía sus obligaciones como
religioso a estar con la familia. Cuando se casaron mis padres, encargó a otro
Oblato que hiciese la ceremonia en su nombre, el Padre De Anta, porque él tenía
otras obligaciones que hacer como Provincial.
En la madre del Siervo de Dios
destacaba la devoción a la Santísima Virgen y a Santa Teresa de Jesús. En
cuanto al padre, supongo que sería la Santísima Virgen bajo la advocación de
Nuestra Señora del Pilar; y respecto al Siervo de Dios, la devoción a la
Santísima Virgen, porque además se quedó sin madre muy pronto.
Todo lo declarado lo sé por
vivencias familiares.
Relación
con las HH. de la Sagrada Familia de Burdeos
Sobre la infancia y adolescencia del Siervo de Dios, según mis
referencias, mi abuelo, además de ser guardia civil, trabajaba con las
religiosas de la Sagrada Familia de Burdeos que estaban en la entonces villa de
Hortaleza (Madrid). Como la madre murió cuando la hija mayor tenía 15 años, lo
que se refiere a la escuela, catequesis, etc., lo hicieron las religiosas de la
Sagrada Familia que se encargaron de ellos. Mi tía, la hermana mayor, fue la
“madre” para todos los hermanos al ser la mayor, y nunca oí quejarse que estos
la diesen disgustos, ni un trabajo excesivo fuera de lo normal, lo cual indica
que el comportamiento de los hermanos era bueno. Sobre la vocación de mi tío, el Siervo de
Dios, tenía 11 años cuando entró en los Oblatos y en la misma es posible que
influyesen las religiosas de la Sagrada Familia. Todo lo declarado lo sé
también por mi familia.
Estudios
en Bélgica e Italia
Sé que mi tío fue enviado al extranjero a estudiar la filosofía y la
teología, concretamente la Filosofía en Lieja y la Teología en Turín, donde fue
ordenado sacerdote. Sobre su comportamiento en estos años de formación no tengo
datos concretos, pero sabiendo que su forma de ser era muy recta, supongo que
en estos años también lo sería. Esto lo sé por lo que conozco de mi familia e
incluso conservo un sobre dirigido a él con las señas de Turín.
Yo sé que mi tío tuvo cargo de formador y Superior en el Seminario Menor
de Urnieta. Cuando venía a Madrid iba a visitar a su familia, a casa de su
hermano Juan, y recurría a ellos si necesitaba alguna cosa. Hacia 1932, fue
nombrado Provincial de la provincia de España, cargo que ostentaba en julio de
1936. Sobre las virtudes que
destacaban era la de ser una persona muy respetuosa, recta pero amable y con
una gran fidelidad al deber. Esto también lo conozco por referencia de mi
familia.
Heroico ante
el peligro
En cuanto al ambiente que se vivía en Pozuelo, por las vivencias
familiares sé que, concretamente mi padre, meses antes de julio de 1936,
ayudaba a religiosas o alumnas de San José de Cluny para que saliesen del
Convento de Pozuelo a la frontera. Nosotros mismos nos fuimos a Extremadura,
donde estaba mi tía, la hermana mayor, y nos fuimos de Pozuelo por el ambiente
amenazante que existía. Mi tío, el Padre Francisco Esteban, no vivía en
Pozuelo, sino en Madrid.
Yo, por los Oblatos supervivientes, supe que la Comunidad se dispersó por
casas de familiares, pensiones de conocidos y por donde los recibían, porque
recibir a un sacerdote o religioso en aquellos momentos era exponer a las
personas que los acogían. Mi tío, Francisco Esteban, iba a visitar a sus
hermanos al barrio de Tetuán de las Victorias en Madrid, y les dijo que no
quería volver para no comprometerles. Por los supervivientes Oblatos he sabido
que visitaba a los que estaban escondidos y también supe que visitaba a
religiosas de la Sagrada Familia y todo esto con grave peligro para su vida. Yo
he oído decir a mi propia tía, que, aún en aquellos tiempos, salía con sotana.
Yo estimo que si mi tío en aquellas circunstancias fue de sotana no era por
provocar a nadie, cosa de la cual era incapaz, ni tampoco por arrogancia, sino
porque su modo de vestir como sacerdote era la sotana.
Clandestinidad
y cárcel
A primeros de agosto expulsaron a la Comunidad de Diego de León. Mi tío,
con otros Oblatos, hubo de refugiarse en una pensión situada en la Carrera de
San Jerónimo de Madrid. Según las referencias que tengo, salía mucho para
continuar visitando a los otros Oblatos refugiados. Según estas referencias era
lo suficientemente prudente para no poner en riesgo la vida de los otros
Oblatos ni de la gente de la pensión. Por lo que he leído, fue detenido el día
15 de octubre de 1936 con otros Oblatos. Por mi tía supe que fue conducido a la
cárcel Modelo.
Sobre la cárcel, las únicas referencias que tengo son que pasaban miedo
porque nombraban unas listas con nombres indiscriminadamente de los que iban a
matar, que pasaron hambre y frío. Concretamente uno de los supervivientes me
contó que una persona, que resultó ser una religiosa de la Sagrada Familia de
Burdeos, le llevo un abrigo a mi tío. Este, viendo que un compañero de prisión
pasaba frío, le dio su abrigo. También creo haber oído que procuraban rezar el
rosario clandestinamente cuando paseaban por el patio o las celdas.
Últimas
palabras antes de la ejecusión
La familia estaba convencida de que la única cárcel en la que estuvo mi
tío fue la de la Modelo y posteriormente supimos que lo habían llevado a la cárcel
de San Antón. Fue sacado el día 28 de noviembre a Paracuellos del Jarama para ser fusilado con otros Oblatos. Es conocido
en la Congregación de los Oblatos y en las familias de los Siervos de Dios que el Padre Francisco Esteban, en el
momento de la ejecución se dirigió al grupo que estaban con él para ser
ejecutados para darles la absolución y que a los milicianos que les iban a matar
les dijo: “Sabemos que nos matáis por
católicos y religiosos. Lo somos. Os perdonamos de todo corazón. Viva Cristo Rey.”
Esto se supo por el propio sepulturero.
Dadas las circunstancias en que vivía mi tío en la cárcel, yo estimo que
preveía el martirio. Yo, por todos los datos que tengo de él, creo que
reaccionaría con valentía y serenidad. El único móvil que le podía guiar era el
sobrenatural. Sobre si era consciente de que le mataban por odio a la fe
cristiana, yo estimo que sí, dado que el único motivo de su muerte sólo podía
ser el hecho de que él fuese sacerdote y religioso. Sobre si pudo librarse de
la muerte no podía hacerlo sin abandonar a los suyos y él prefirió estar con
ellos. Todo esto lo he sabido por la relación que tengo con los Oblatos desde
hace mucho tiempo.
Yo, en mi opinión, considero que mi tío es mártir porque la única causa
de su muerte fue la de ser sacerdote y religioso. La misma opinión la mantengo
de los otros Oblatos que murieron con él, que murieron también por ser
religiosos. Respecto a si yo me encomiendo a mi tío, yo lo hago desde hace
mucho tiempo y también sé de bastantes personas que se encomiendan a los Mártires Oblatos, independientemente de los miembros de la Congregación, que
así lo hacen.
Esta fama de martirio de todos los Oblatos Siervos de Dios está
extendida, no sólo entre la Congregación de los Oblatos y los Siervos de Dios, sino
también entre las personas que conocieron o conocen cómo murieron y la causa de
su muerte. Esta fama de martirio sigue viva.
Amor al
prójimo, sembrador de paz
En cuanto al prójimo, ya he declarado anteriormente el hecho ocurrido en
la prisión cuando dio su abrigo a otro compañero. Una primas mías me relataron
que mi tío fue a hacer el bautizo de un sobrino y que, al finalizar, le
indicaron al padre de la criatura que debía pasar a abonar las tasas en la
sacristía y cuando fue le dijeron que ya lo había abonado todo el sacerdote que
había celebrado el bautizo.
También es signo de esa caridad, el hecho de que en la familia todos le
apreciasen, que todos le llamamos “el tío Paco”, y muchas veces, en cosas que
ocurren en la familia, decimos que “esto no ocurriría si viviese el tío Paco”.
En una ocasión, aniversario de la muerte, fui a una misa que celebraban
los Oblatos y un compañero suyo, superviviente, me dijo que el Padre Francisco
era un santo, y no sólo porque hubiese muerto mártir, sino por toda su vida.
En
aquellas circunstancias dimitir, una irresponsabilidad
Ya he declarado que mi tío era fiel en el cumplimiento de sus
obligaciones. Hace unos años, me comentaron en el Convento de Pozuelo que
existían unas cartas de mi tío remitidas al Padre General, en las cuales, en
una le pedía que pensase en otro padre para el cargo de Provincial cuando ya se
acercaba el tiempo en que debía cesar por Constituciones, y otra carta posterior
en la que le dice que, dadas las circunstancias y los acontecimientos que
estaban ya sucediendo en España, sería una irresponsabilidad dejar el cargo.
Sobre la fidelidad para con la
familia ya he declarado que todos le queremos, lo cual indica que con todos se
comportó bien. Esa misma fidelidad la llevó hasta el extremo en el martirio.
Pobreza y
castidad
Ya he declarado anteriormente que cuando venía a Madrid y necesitaba algo
se lo pedía a sus hermanos, porque, según las referencias que tengo, la
Provincia no tenía nada y vivían con gran estrechez. Según las referencias de mi
tía, mi tío personalmente era muy austero.
Respecto a la virtud de castidad, puedo decir lo siguiente: que mi tío no
permitía que le acompañase sólo su cuñada, y siempre que tenía que ir a algún
sitio, tenía que acompañarle también su hermano. Tampoco permitía, que, dentro
de la familia, se le diese un beso normal en la cara, sino que le besaban la
mano.
Recurrir
a su intercesión
Sobre dones y favores especiales yo puedo decir en este año, padeciendo
yo una gripe muy fuerte, llegaba un día muy especial de ir al Cementerio de
Paracuellos. Me encomendé a mi tío, y me concedió de la gracia de que en ese
día me encontré perfectamente.
De pie, Emilio Alonso y Francisco Esteban
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