Ha entrado en imprenta el Nº 25 del Boletín informativo de
la Causa de
Canonización.
Adelantamos aquí parte de su contenido.
Nuestros
Mártires, icono posible para el Trienio Oblato
El
año 2016 los Misioneros Oblatos de María Inmaculada celebraremos, Dios
mediante, el bicentenario de la fundación de nuestra Congregación: 1816-2016. Estamos viviendo un TRIENIO
de preparación, en sintonía con la propuesta del Capítulo general de 2010: la
conversión.
Un corazón nuevo fue
el lema de 2014, primer año del Trienio. Nos centramos en la vida comunitaria:
“Todos unidos por los lazos de la más íntima caridad, bajo la dirección de
los supe- riores, formen un solo corazón y un alma sola”. Esta frase, se-
gún san Eugenio de Mazenod, « es el resumen admirable de toda nuestra
Regla de vida». Exigencia de la Vida Consagra- da para esa primera etapa,
el voto de castidad.
Este año, 2015, nos centramos en la formación,
un proceso que debe extenderse a lo largo de toda nuestra vida. San Eugenio nos
insta a “martricularnos” en la escuela del único Maestro: “Nuestro Señor Jesucristo
escogió a algunos apóstoles y discípulos que él mismo formó en la piedad y los
llenó de su Espíritu”. De ahí el lema de este año: Un Espíritu Nuevo,
incidiendo en la vivencia del voto de pobreza.
Ejemplo de los Mártires: Un solo Corazón / Un Espíritu Nuevo
Nos
podemos preguntar: ¿cómo vivieron nuestro Mártires estos aspectos tan esenciales
del carisma oblato? No es presunción afirmar que los vivieron en grado heroico.
El sentido de comunidad: “un solo corazón
y un alma sola”, resalta, por
ejemplo, en el hecho que, ante los nubarrones de la tempestad que presagiaban
una persecución cruenta, no huyeron en diáspora, sino que permanecieron unidos,
en comunidad, bajo el mismo techo. Y cuando ya era inminente el peligro y
hubiera sido prudente salir de Madrid, no lo hicieron, esperando al animador
de la comunidad, el Padre Superior, que estaba en Las Arenas dando los
ejercicios espiri- tuales a los novicios, que se preparaban para pronunciar sus primeros votos. Estaba
previsto que viajaran con el predicador
hacia el Escolas- ticado de Pozuelo. Por un imprevisto, tuvieron que espe- rar
unos días y esto les salvó la vida. Así pues el P. Blanco hizo el viaje solo,
en un tren procedente de Bilbao, el último que pudo entrar en la Capital. A
partir de ese momento los trenes ya no podían entrar ni salir de Madrid.
Nuestros
Mártires, tras ser expulsados de Pozuelo
y acogidos, algunos, en la casa provincial, se decían: Esperamos que no
nos separen; juntos nos ayudamos unos a otros a permanecer fieles. Desalojados
también de esa casa, pasan a la clandestinidad y los Superiores se desviven por
mantenerlos unidos, ayudándolos en lo material y en lo espiritual, a riesgo de
jugarse la vida. Esta unión se acrecienta aún más cuando se vuelven a encontrar
en la cárcel. Un solo Corazón.
Un Espiritu Nuevo: Se estaban formando para ser misioneros y era ese Espíritu, el Espíritu de
Cristo Salvador, quien los iba formando para la misión, con una austeridad de
vida realmente edificante. Esa pobreza y carencia de lo más indispensable se
agravará en la clandestinidad y aún más en la cárcel.
Los
Mártires de Madrid bien podrían ser
considerados como un icono para toda la familia oblata a lo largo del Trienio
de Conversión. JMV
En las páginas centrales, EL CALVARIO DEL ESCOLASTICADO DE POZUELO, que se puede ver pinchando aquí: http://martiresomimadrid.blogspot.it/p/vivencia.html
En la página final, esta oración de Robert Francis Kennedy:
En la página final, esta oración de Robert Francis Kennedy:
Como arcilla en manos del
alfarero
« Dios
mío, yo me abandono en tus manos. Modela y remodela este
barro, como arcilla en manos del
alfarero. Dale una forma, y
después, si quieres, deshazla, como deshiciste la vida de mi hermano John. Pide, ordena. ¿Qué
quieres que haga? ¿Qué quieres que no haga? Ensalzado o humillado, perseguido, incomprendido, calumniado,
alegre, triste o inútil para todo, solo diré, a ejemplo de
tu Madre: "Hágase en mí según
tu palabra “
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