ORAR CON LOS MÁRTIRES OBLATOS
Oblación y Martirio
Seis días con los Mártires Oblatos,
de la mano de San Eugenio
Selección de textos breves para leer y orar con S. Eugenio y los Mártires Oblatos
Por Joaquín Martínez y Frank Santucci
Selección de textos breves para leer y orar con S. Eugenio y los Mártires Oblatos
Por Joaquín Martínez y Frank Santucci
DISPUESTOS A DAR LA VIDA
“La Iglesia, preciada herencia que el Salvador
adquirió con su preciosa sangre, ha sido en nuestros días atrozmente devastada.
Esta querida Esposa del Hijo de Dios llora aterrorizada la vergonzosa defección
de los hijos por ella engendrados.
“La consideración de estos males ha conmovido el corazón de algunos sacerdotes
celosos de la gloria de Dios que aman entrañablemente a la Iglesia y están
dispuestos a entregar su vida, si es preciso, por la salvación de las almas.
“¿Qué han de hacer los
hombres apostólicos que desean seguir las huellas de Cristo,?
- Deben trabajar
seriamente por ser santos,
- Deben renunciarse
completamente a sí mismos,
- Deben (estar)
dispuestos a sacrificar bienes, talentos, descanso, la propia persona y vida misma por amor a Jesucristo, servicio de la Iglesia y santificación de sus hermanos”.
Este es el ideal que S.
Eugenio de Mazenod propone a sus Oblatos
“Al brillante y glorioso ejército de los
mártires pertenecen no pocos cristianos españoles asesinados por odio a la fe
en los años 1936-1939, por la inicua
persecución desencadenada contra la Iglesia, contra sus miembros y sus
instituciones. Con particular odio y ensañamiento fueron perseguidos los
obispos, los sacerdotes y los religiosos cuyo único “delito” era creer en
Cristo, anunciar el Evangelio y llevar al pueblo por el camino de la salvación".
(Juan Pablo II)
PRESENTACIÓN
El
21 de Mayo de 1861 expiraba santamente en Marsella su Obispo, San Eugenio de
Mazenod. Así pues, el año, 2011, se celebró el 150º aniversario de su "dies natalis", su nacimiento para el
Cielo.
Hemos querido aprovechar esa efemérides para
resaltar, mediante la glorificación de algunos Oblatos, que la ruta espiritual
emprendida por este Santo Fundador es un itinerario seguro hacia la santidad.
Con este motivo, el Superior General de los
Misioneros Oblatos de María Inmaculada elevó una “súplica” a la Santa Sede, a
la que se sumaron Cardenales, Obispos y numerosísimos fieles, para solicitar
que se acelerase el proceso de la Causa de los Mártires Oblatos de España, a
fin de poder celebrar su Beatificación este 150º aniversario de la muerte de
San Eugenio.
Esa súplica ha sido benévolamente atendida y así
tuvimos el gozo inmenso de asistir a este evento el 17 de diciembre de 2011 en
la Catedral de Madrid.
El Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación
para las Causas de los Santos, en coloquio familiar con el P. General y el
Postulador, nos decía que había que moverse para que esta celebración fuese un kairos, es decir, un momento de gracia y
un estímulo de animación espiritual para toda la familia oblata, y no sólo para
ella...
Esta reflexión no pretende otra cosa, sino brindar,
con toda sencillez, algunas pistas para esa misma animación, conjugando el
Carisma de San Eugenio con el heroico testimonio de estos sus hijos, los Mártires Olatos de Pozuelo. Agradecemos
al P. Frank Santucci la valiosa aportación con el artículo:
Oblación, una dinamo que genera energía, publicado en "Missioni OMI" (6 / 2011) En él me inspiro para casi todo lo
referente a S. Eugenio. Joaquín Martínez Vega, o.m.i
DIA 1
Oblación y Martirio
Desde los primeros tiempos los Misioneros Oblatos,
para indicar la consagración religiosa, usaron siempre el término “oblación”:
oblación temporal, oblación perpetua.
Parece que, en principio, San Eugenio de Mazenod no
pretendía fundar una comunidad de misioneros ni una nueva congregación
religiosa. Quería nada más y nada menos esto: continuar “la vida apostólica” en
su sentido más genuino, originario, es decir, revivir aquí y ahora la vida de
los Apóstoles con Jesús. Por eso, más que dar misiones o hacer apostolado,
quería ante todo colaborar con Jesucristo Salvador en la obra de la redención.
Para ejercer bien esa “misión”, había que seguir “las huellas de los
Apóstoles”, a quienes Jesús había dicho: “Seréis mis testigos hasta los
confines del mundo”.
TESTIGO, en griego, lengua del
Nuevo Testamento, se dice MÁRTIR.
San Eugenio exige “a quien quiera ser de los
nuestros, celo ardiente”, “amor oblativo”, amor preferencial por los más
abandonados. Amar sin medida, amar
con la medida del amor de Cristo: hasta
dar la vida. Por eso exigía que cada Oblato estuviera dispuesto a dar la
vida. Y si se da con derramamiento de sangre, tenemos el martirio u oblación
cruenta, la oblación suprema.
Por eso San
Eugenio deseaba para sí mismo la gracia del martirio. Fue una de las
intenciones de su primera Misa. Pedía “la perseverancia final, y también el
martirio, o al menos la muerte en la asistencia a los apestados”. Porque, ”el
martirio de la caridad no tendrá menor recompensa que el martirio de la fe” (26.01.1854:
carta a un misionero, enfermo grave).
Testimonio de los Mártires
“Siempre me han conmovido hasta lo más hondo los
relatos de martirio. Siempre, al leerlos, un secreto deseo me asalta de correr
la misma suerte. Ése sería el mejor sacerdocio al que podríamos aspirar todos
los cristianos: ofrecer cada cual a Dios el propio cuerpo y sangre en
holocausto por la fe. ¡Qué dicha sería la de morir mártir!” Son palabras textuales de uno de los Mártires, Gregorio Escobar, en una
carta escrita a su familia cuando se estaba preparando para la ordenación.
Pausa, silencio para interiorizar…
Oración final para todos los días
Dios todopoderoso y
eterno, que concediste a Francisco Esteban y a sus compañeros Mártires la gracia de entregar su vida por Cristo mediante la oblación cruenta;
ayúdanos en nuestra debilidad para que también nosotros, por su intercesión y
siguiendo su ejemplo, nos mantengamos firmes en la fe y sepamos dar la vida por los demás mediante
“el martirio de la caridad”, según la
consigna de San Eugenio de Mazenod; y de este modo podamos testimoniar ante el
mundo quién es Jesucristo. Te lo pedimos, por la intercesión de nuestra Madre
María Inmaculada, por Jesucristo nuestro Señor. R/. Amén.
He aquí 11 de los 22 Mártires Oblatos.
Los otros 11, en DIA 2
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