El P. Diego Sáez Martín nos escribe:
En Turkmenistán desde que se anunció la noticia de la Beatificación de los Mártires Oblatos de España surgió un interés muy grande. Primero, porque la gente nos quiere mucho a los oblatos. Cierto que en todo el país no hay nadie más que los tres oblatos que nos encontramos (no hay ni más sacerdotes ni religiosos ni diocesanos ni religiosas ni nadie más), pero también cierto que por eso mismo nos aprecian mucho, por ser quienes hemos querido traerles a Jesucristo. Luego, hay otro motivo más: eran españoles, y yo viví y me formé en su misma casa... Motivo de más para que los sientan cercanos...
Y luego, y esto tiene mucha fuerza, fueron perseguidos y asesinados por su fe, y la ideología comunista estaba de fondo... Durante 70 años la religión se persiguió en toda la URSS (Turkmenistán es un país de la antigua Unión Soviética) y, de hecho, muchos de los que aquí viven sufrieron distintas represiones... Así que los sienten como muy suyos.
El icono como tal lo han preparado una joven que estuvo algunos meses en el Carmelo de Kiev y que aprendió allí a pintar ("escribir" como se dice en ruso) iconos, pues tiene talento artístico.
Fue bendecido solemnemente el 22 de enero, día que tuvimos una misa de acción de gracias por la beatificación en nuestra capilla.
De momento no tiene una ubicación definitiva en la capilla, pero sin duda va a ocupar uno de los lugares destacados. De momento está junto al Santísimo y al icono de la "Madre de Dios Turcomana", pintado también por unas carmelitas donde aparece la Virgen María y el Niño Jesús con los vestidos típicos turcomanos.