Los obispos católicos de todo el mundo
acuden periódicamente a Roma para visitar al Papa y los Dicasterio o
Congregaciones de la Santa Sede. Esta “peregrinación” se llama “Visita ad límina Apostolorum”, es decir,
tienen que visitar las tumbas de S. Pedro y S. Pablo.
Para iniciar una causa de de un candidato a la canonización, lo primero que se exige es que goce de “fama de santidad”, y uno de los signos que la avalan es la visita a la tumba de esa persona.
Por eso, cuando se inició la Causa de los
Mártires Oblatos, surgió espontáneo un interrogante: Sabemos más o menos dónde
yacen sus restos; pero no se han podido identificar sus tumbas. ¿Qué meta
proponer a los “peregrinos” que busquen un lugar para venerarlos? Lo más
indicado parecía ser la casa donde vivieron, y que fue la primera estación de
su Calvario, su primera prisión. De ahí arrancó la idea de la “Casa
Martirial”.
Efectivamente, esa casa es el mejor medio para fomentar y mantener la “memoria viva” de los nuevos Beatos. Debiera ser un centro de irradiación espiritual y un foco de evangelización, por aquello de que “sangre de mártires, semilla de cristianos”.
Visítala y revive el relato martirial in situ. Se halla en la avenida Juan
Pablo II (antes Generalísimo), número 45, esquina calle Mártires Oblatos, en Pozuelo-Estación, Madrid.
Si quieres pedir cita: Tel. 91.352 34 16.
Si quieres pedir cita: Tel. 91.352 34 16.
Para conocer previamente la historia de esa casa,
pinchar aquí: Casa Martirial.