jueves, 15 de marzo de 2012

QUIEN ES QUIEN, Nº 14: Justo González



Justo González Lorente

Natural de Villaverde de Arcayos (León)

21 años

Religioso profeso de votos temporales

Una testigo del pueblo, sobrina del párroco, hablando de Justo y Pascual, declara que "eran  personas, de buen trato con todos, muy sencillos, siempre dispuestos a ayudar a todo el mundo. Su comportamiento en vacaciones era extraordinario, ayudando al sacerdote y asistiendo a Misa todos los días (por la mañana); y por la tarde eran asiduos a acudir a la iglesia para estar en silencio ante el Sagrario" (a ejemplo de sus respectivas madres, ya que ambas eran "Marías de los Sagrarios"). Sus formadores dicen de él que era franco y abierto, que recibía bien las correcciones y procuraba tenerlas en cuenta. Su gran ilusión: ser misionero, y se preparaba para ello llevando con gran rigor su formación espiritual e intelectual. El mismo día del arresto en el convento, por la noche, los milicianos mandaron a Justo con  otro a por agua. Por el camino comentaron la posibilidad de escaparse, aprovechándose de la oscuridad. Él replicó que no y que "fuera lo que Dios quisiera”.


Datos biográficos

Justo González Lorente nació en Villaverde de Arcayos, provincia y diócesis de León, el 14 de octubre de 1915. Su familia, conocida en el pueblo como muy cristiana, facilita y cultiva en él la vocación religiosa  siguiendo así las huellas de varios hijos e hijas del pueblo. El 14 de agosto de 1927 ingresa en el seminario menor de los Misioneros Oblatos de Urnieta (Guipúzcoa) y en 1932 comienza el noviciado en Las Arenas (Vizcaya).  Hace su primera oblación temporal, por un año, el 15 de agosto del año siguiente.  Pasa a Pozuelo para proseguir los estudios llevando con gran rigor su formación intelectual y espiritual. Al terminar el primer año de teología se disponía a hacer su oblación de por vida. Dios le pedirá que haga de su vida una oblación cruenta: el martirio.

Semblanza

Parecía algo tímido y sentimental; pero era alegre, servicial y amigo de todos. Quienes le trataron los describen como un religioso que destacaba por su gran ilusión de ser misionero y se preparaba a ello con gran ilusión. La misión era el ideal de su vida.  En una carta a su hermana Dionisia, religiosa, le decía que él ansiaba ardientemente culminar la etapa de la formación para entregarse de lleno a Dios mediante la consagración religiosa.

Detención y martirio

El 22 de julio de 1936 las circunstancias van a cambiar el rumbo de sus sueños. Fue detenido con toda la comunidad oblata en el mismo convento, que quedó aquel mismo día convertido en prisión. Dos días más tarde, en la madrugada del 24 de julio, Justo fue sacado del convento con otros seis Oblatos y con un seglar, padre de familia, Cándido Castán, encarcelado en el convento. Todos ellos fueron martirizados en la Casa de Campo de Madrid.

Testimonio

Los Siervos de Dios (los Oblatos de Pozuelo), afirma un testigo, preveían el martirio, dado el ambiente de hostilidad que reinaba en todas partes contra la Iglesia y sus miembros. Desde meses antes de su detención estaban advirtiendo que sus vidas corrían peligro por los insultos y amenazas de muerte que con frecuencia les hacían por el simple hecho de ser sacerdotes o religiosos. Esta situación motivaba en todos una preocupación por prepararse a lo que Dios en su providencia amorosa les estuviera reservando, manteniendo una actitud serena en un ambiente de fervor como preparación inmediata a lo que estaban previendo.  Convencidos estaban todos que si la muerte les llegaba era tan sólo por odio a su fe cristiana y al hecho de ser personas consagradas”.   Justo era uno de ellos.

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